domingo, 8 de diciembre de 2013

Todo acabó como empezó: con un beso y risas.

Fue una historia fácil mientras duró. Parecían almas gemelas, se complementaban como pocos. Se querían aún sabiendo que eso mismo les hacia ser débiles. Eran contrarios entre ellos y amaban que fuera así. Durante meses fueron indestructibles. Cada discusión era seguida de risas. Pero un día tomaron caminos diferentes sin darse cuenta. Y cuando quisieron darse cuenta, ya habían recorrido demasiado para volver atrás. Empezaron a buscar excusas para justificar el todo, se hicieron daño y complicaron todo lo que antes le resultaba fácil. Y todo acabó. Pero lo hizo de la misma manera en la que empezó: con un beso y risas.